En el Día Internacional del Síndrome de Down la apoderada del Programa de Integración Escolar, Tamara Monsalve, envía este saludo de agradecimiento a la comunidad educativa, además de concedernos una entrevista como madre de Cristóbal Flores, estudiante de 6°B de nuestro colegio.
Hoy 21 de marzo, Día Internacional del Síndrome de Down, quisiera saludar a la comunidad Montessoriana que hace un año acogió a Cristóbal y agradecer a quienes tomaron su mano durante su transitar en el colegio.
¿Qué significa para usted tener un hijo con estas características?
Primero, es un hijo más y cada hijo vendrá con sus propias características, necesidades, anhelos y desafíos.
Ahora bien, Cristóbal al presentar esta condición debió asistir a terapia temprana desde los 3 meses de vida, lo que es fundamental para cualquier niño con algún tipo de discapacidad y hoy en día continúa con sesiones paralelas al colegio con diferentes profesionales.
¿Qué representa Cristóbal para la familia?
Como familia, hemos tratado de incorporar a Cristóbal en todas las actividades familiares sin pensar que tiene Síndrome de Down y que no podrá realizarlas. Por lo mismo, al ver su espíritu de lucha, representa para la familia la más alta admiración, de esfuerzo, garra, amor y principalmente resiliencia.
¿Qué ha aprendido de su hijo?
En un principio, como madre estaba con el ánimo de que, entre más información y estímulos le entregara a Cristóbal, mayor sería el resultado positivo, que buscaba para él.
Por el contrario, él me ha enseñado que los procesos se cumplen a su debido tiempo, que no se pueden forzar los resultados y estos llegarán después de nuestro esfuerzo. Como él me dice, “mamá… lento, lento”.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos y alegrías?
Para Cristóbal, cada día es un desafío que debe sortear y cada día trae sus propias alegrías.
Recuerdo, como desafío el sostener su cabecita, algo tan simple para cualquier bebé, pero para él fue el resultado de varias sesiones de terapia, lograr la marcha, dejar los paños, ir al jardín y puedo seguir con muchos desafíos.
Y en cuanto a las alegrías, estas vienen después de cada logro, es decir cada día,
¿Qué consejo les daría a los padres?
Solamente que amen a sus hijos, que vibren con cada acto de ellos por mínimo que sea, que alentemos sus logros y apoyemos sus debilidades.
No todos los días el sol brilla con la misma intensidad y en esos días en que nos vemos derrotados, cansados, decepcionados… no los olvidemos que el sol continúa allí y nos seguirá acompañando para darnos sus cálidos rayos el día de mañana, cuando brille intensamente al igual que nuestros hijos.